Pacto de Sangre: Descubrir el Poder del Sangrado Menstrual

…Sentí la necesidad de tocar mi sangre menstrual. Al hacerlo mi percepción se abrió.
Esta es belleza profunda, como la intensidad del rojo; es una belleza que asusta. El poder asusta… Y entonces, traspase la frontera, y por tres ciclos, realicé un rito que ha sido tan poderoso, que aun no lo he podido volver a realizar. Aquellos pactos de sangre que hice conmigo misma hace ya varios meses, aun están cultivándose adentro. El rito es muy simple…
Al llegar mi menstruación, y darme ese momento necesario de retiro para encontrar la visión, tomé mi sangre menstrual y en una tela de algodón escribí con sangre mi voto para el siguiente ciclo.
Esta sangre contiene toda mi historia, y desde esta historia, miro mi pasado, mi presente y hacia donde deseo ir. Converso con mi mujer sabia, que me habla desde una sinceridad salvaje, sin protocolos, sin miedo, fuera del juicio. Ella se comunica con el lenguaje de las entrañas… atávica, gutural y sin límites. Lo traduzco (aun que no es fácil traducir lo que ella canta, pero hago el intento.
Para ir a su encuentro, hay que ir desnuda. Si no, no se oye su voz.
Lo transformo en verbo y lo nombro. Así se abre un portal que mueve todo, en busca de un nuevo orden para crear esto que escribo. Mi deseo auténtico, mi motor, mi fuego, mi esperanza. Todo se abre, pero no cae así como un relámpago. En realidad, y desde ese momento, caen como un relámpago las experiencias que necesito para encontrarme con esa realidad que busco, con esa versión de mi.
Oportunidades, puertas cerradas, puertas abiertas, sincronías, sueños. Se dibuja una ruta de llegada, con luces y sombras, espacios claros y borrosos, trazos que hay por dibujar. Comprendo que para ser eso que deseo, necesito una vez más, y espero poder hacerlo cada vez con mayor gracia; morir y renacer, morir y renacer.
Si, es magia. Magia con sangre menstrual. Es un pacto sagrado conmigo misma.
Te invito a experimentarlo. Si lo haces, hazlo con el corazón y con todo el respeto hacia ti y a todas las ancestras y ancestros que viven en ti.
Loreto Contreras Herrera